martes, 18 de noviembre de 2014

Cuando alguien se enriquece, ¿otro se empobrece?

Ésta es sin duda mi preferida de entre esas concepciones que flotan en el saber económico popular. Y no sólo por lo obvia que parece, sino también por lo profundamente arraigada que está en el subconsciente colectivo: cuando alguien se enriquece, otro se empobrece.

Es una idea simple pero con una potencia arrolladora que la convierte uno de los principales pilares sobre los que se apoya la propaganda socialista y comunista, y el combustible del que se nutren partidos filocomunistas como Podemos para enardecer y manipular a las masas con un discurso bien simple: "los ricos" son los culpables de que nosotros seamos "pobres", por tanto robarles (recuperar lo que es nuestro) está moralmente justificado, así como limitar los salarios de las personas, aplicar impuestos al patrimonio, y otras tropelías.

En este artículo vamos a tratar de razonar sobre este tema, empezando por definir el concepto de "riqueza".

¿Qué es la riqueza?

Decimos que algo es riqueza cuando satisface "alguna" necesidad de "alguien". De acuerdo con esto, ejemplos de riqueza serían la ropa (que cubre la necesidad de vestirse), una casa (necesidad de cobijo), una bicicleta, un coche, teléfono, agua corriente, comida, electricidad, electrodomésticos, etc.

Aunque es común pensar que la riqueza es algo limitado, y que las personas estamos compitiendo unas con otras por hacernos con un pedazo de ese "pastel" que de alguna forma "viene dado", esto no es en absoluto así. De hecho, estamos creando riqueza nueva cada día, algo que salta a la vista si comparamos la cantidad de riqueza actual con la de hace 100 o 1000 años.

Y la idea de que la riqueza no es algo limitado y que generamos riqueza nueva cada día es clave para comprender el problema que aquí se trata. 

Si los recursos naturales son limitados, ¿cómo no va a serlo la riqueza?

Los recursos naturales son "activos" o "herramientas" para generar riqueza, y no riqueza en sí mismos.

Poco valor tiene una tierra si no es porque puede dar tomates (satisfaciendo la necesidad de comer), o porque se puede construir una casa sobre ella (necesidad de cobijo). Los tomates y la casa son la verdadera riqueza.

En tanto que "activos", ese tipo de activo es limitado, pero hay muchos más tipos de activos virtualmente ilimitados (las herramientas, los tractores, las máquinas, las fábricas, las empresas, etc.) capaces de generar riqueza (y en cantidades mucho mayores que la tierra).

Dicho de otra forma, hay muchas más maneras de crear riqueza que a partir de los recursos naturales. Por tanto, aunque dichos recursos sean limitados, la riqueza no lo es.

¿Y qué pasa con el dinero?

La identificación entre riqueza y dinero puede ser suficiente para el discurso cotidiano y coloquial, pero no para comprender el argumento que aquí se expone.

Dado que el dinero no satisface ninguna necesidad por sí mismo (a no ser que se tenga algún fetiche raro), no es riqueza en sentido estricto, sino una herramienta que las personas usamos para coordinar la producción y distribución de la riqueza.

Para ver la diferencia entre riqueza y dinero con más claridad puede ser útil el siguiente ejercicio mental: imaginemos que se destruyen las fábricas de un país, sus casas y edificios, su tendido eléctrico, medios de transporte y canalizaciones. Pero se conserva el dinero y las cuentas bancarias, ¿podríamos decir que la gente es igual de rica? Obviamente, no.

Si este ejercicio no fuese suficiente, bastaría con responderse a esta pregunta: ¿está el banco central creando "riqueza" cuando imprime dinero? Si esto fuese así, la solución a cualquier problema económico sería sencilla: repartir con avionetas billetes de 500 euros recién imprimidos a lo largo y ancho del país.

¿Es ilimitada también la cantidad de dinero?

Aunque, hablando técnicamente, la cantidad de dinero no está limitada (en la actualidad existen organismos, los bancos centrales, que pueden crear dinero nuevo), a efectos prácticos se puede considerar como limitada, ya que su cantidad está fuera del control de los ciudadanos.

El dinero sí puede considerarse (en la práctica) como un "pastel" que viene dado (a diferencia de la riqueza), y que nos repartimos entre unos y otros.

Entonces, cuando una persona gana dinero, ¿otra lo pierde?

Cuando una persona gana dinero, es porque alguien se lo entrega. Pero esto no quiere decir que la que entrega dinero se haya empobrecido, sino más bien lo contrario.

Veámoslo con un ejemplo: cuando yo compro una barra de pan al precio de 1 euro, no me he vuelto más pobre, sino más rico, ya que ahora tengo una barra de pan que para mí tiene más valor que el euro del cual me acabo de desprender (ya que, de lo contrario, no se lo habría dado al panadero).

En un sistema capitalista donde se respeta la propiedad privada, sólo es posible enriquecerse aportando riqueza al resto, siendo imposible empobrecer a alguien en el proceso.

Si una persona acumula mucho dinero, ¿no está empobreciendo al resto?

Esto parece de cajón. Pero razonemos sobre ello a través de otro ejercicio mental. Imaginemos una sociedad en la que una persona ofrece un servicio de mucho valor, por ejemplo: fabrica unas barras de pan de una calidad tan extraordinaria que los clientes están dispuestos a pagar altos precios por ellas, y además es capaz de fabricarlas sin apenas costes y en enormes cantidades.

Al cabo de un tiempo, este panadero se ha enriquecido hasta hacerse multimillonario, ¿significa esto que el resto de la población se ha empobrecido?

Aunque en un primero momento así pudiera parecer, nos damos cuenta de que la respuesta es negativa si se analiza con detenimiento: para empezar, el panadero ha enriquecido al conjunto de la sociedad con pan de extraordinaria calidad que antes no existía; y, para terminar, la riqueza que tenía la sociedad antes de que el panadero empezase a operar (agua corriente, medios de transporte, tendido eléctrico, etc.) está intacta.

Ni siquiera en el caso extremo de que el panadero atesorase el dinero en su casa sin gastarlo estaría empobreciendo a nadie, ya que la carestía de dinero en circulación (pero la misma cantidad de bienes y servicios) afectaría a los precios, pero también a los salarios; en otras palabras, afectaría al valor de la moneda (haciéndola más valiosa), pero no a la riqueza de las personas (como se comentó anteriormente).

Resumiendo, nadie se ha empobrecido aunque el panadero se haya enriquecido. Es más, no sólo nadie se ha empobrecido, sino que esa sociedad es más rica que si el panadero nunca hubiese operado.

Sólo es posible enriquecerse enriqueciendo al resto: no hay otra vía

En un sistema capitalista saludable (en el que se respeta la propiedad privada, las pérdidas no se socializan, los estados no conceden privilegios arbitrarios, etc.), sólo existe una forma de enriquecerse: enriqueciendo al resto.

Un ejemplo bastante paradigmático es Amancio Ortega. Algunos piensan que si este exitoso empresario no fuese tan rico, entonces nosotros seríamos menos pobres, cuando lo cierto es lo contrario: si Amancio Ortega se hubiese dedicado a ver la televisión en lugar de a poner en marcha su imperio textil, el resto no tendríamos la riqueza que ahora tiene él, porque como hemos dicho antes, sin él, esa riqueza sencillamente no existiría.

A nadie ha empobrecido Amancio en el proceso de expansión desde una pequeña tienda en A Coruña hasta una de las empresas más potentes del planeta; antes bien, ha enriquecido a todos cubriendo una necesidad de la población de forma extraordinariamente efectiva (por no hablar de puestos de trabajo creados, aporte de impuestos, etc).

1 comentario:

Jesús Lázaro dijo...

Buen post! Explicación clara y sencilla.